El liquen escleroso es una afección inflamatoria crónica de la piel.
En los hombres se observa con más frecuencia en el área genital, con afectación del prepucio, glande y meato uretral (punta del pene) hasta en un 44% de casos y, en la uretra, en un 20%. Puede afectar a niños u hombres de cualquier edad. En algunas personas, el liquen escleroso también afecta la piel en otras partes del cuerpo, donde puede causar manchas blanquecinas de la piel, pero generalmente no produce molestias.
Con liquen escleroso genital masculino, la piel afectada puede sentirse incómoda, a veces con picazón, ardor y dolor, especialmente durante o después del acto sexual. A menudo, el prepucio se vuelve más apretado y más difícil de retraer, lo que lleva a erecciones dolorosas. La piel puede desgarrarse y sangrar durante las relaciones sexuales.
Cuando la abertura en la punta del pene (meato) y/o la uretra (el liquen característicamente puede afectar distintos segmentos de la uretra del pene) se ve afectada, el paciente orina mal, con chorro muy fino, entrecortado, goteo postmiccional e infecciones urinarias de repetición. Algunos hombres, sin embargo, no experimentan ningún síntoma.
El liquen escleroso no es causado por una infección y, aunque el área genital esté afectada, no puede transmitirse a una pareja sexual. Casi nunca se da en hombres que han sido circuncidados a temprana edad.
El liquen escleroso puede afectar a algunos hombres con enfermedades autoinmunes como algunas patologías de la tiroides o la diabetes, aunque este vínculo es más común en las mujeres. También puede estar vinculado a afecciones atópicas como el eccema, el asma y la fiebre del heno. Hay un vínculo en algunos hombres entre el liquen escleroso y el cáncer de pene, pero es raro.
La piel afectada del pene puede verse roja, con pequeñas grietas, llagas, puntos de sangrado o pequeñas ampollas. Cuando la piel ha estado inflamada por algún tiempo, puede volverse blanca y adelgazarse. Por otro lado, a veces, se puede ver engrosamiento de la piel. Las cicatrices pueden desarrollar y cambiar la apariencia del prepucio o la punta del pene. A veces, el prepucio puede estar demasiado fibroso para retirarse, lo que hace imposible limpiar la punta del pene.
Si el prepucio está demasiado fibroso y no es posible retirarlo es importante buscar el consejo de un médico, ya que puede haber un mayor riesgo de complicaciones y, a largo plazo, si el problema no se trata, provocar cáncer.
En los casos en los que el liquen escleroso haya provocado una una retracción/oclusión del orificio del meato uretral, el tratamiento habitual es quirúrgico, mediante una uretroplastia.
Estas cirugías, con frecuencia, deben ser realizadas en 2 ó 3 etapas, utilizando injertos de tejidos del paciente (frecuentemente, mucosa de la boca) para sustituir la uretra enferma. Por ello, es sumamente importante que el paciente sea tratado por un equipo especializado.